Hacer Psicología en Tiempos de Transformación | Columna en El Mercurio de Valparaíso por Dr. Vicente Sisto

Chile está cambiando. Más allá del resultado del próximo plebiscito, Chile está cambiando, cuestionando los modos mediante los cuales nos organizamos como sociedad y nos vinculamos entre nosotros. Movilizaciones estudiantiles, feministas, ambientales, de carácter territorial, así como de diferentes grupos de trabajadores, han interpelado tanto al Estado y sus políticas públicas, como a las formas de relación que establecemos día a día.

Diversos informes e investigaciones han señalado que Chile se caracterizaría por una profunda individualización de las relaciones sociales. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano (PNUD) en su informe “Chile en 20 años.

Un recorrido a través de los Informes sobre Desarrollo Humano” (2017) nos dijo que la principal característica de nuestra sociedad sería la individualización asocial: el individuo como centro -en competencia con otros- orientado por logros personales, responsable de éxitos y fracasos, desapareciendo lo colectivo como referente: “El único sostén de la propia vida es el esfuerzo personal, el trabajo cotidiano, el sacrificio diario. No hay deudas ni reciprocidad (…) ¿para qué construir proyectos comunes cuando el único referente de sentido es lo que me pasa a mí?” (PNUD, 2017, p. 23).

A pesar de ello, durante las últimas dos décadas emergieron acciones colectivas, disruptivas, cuestionando el orden social normalizado, exigiendo mayor justicia social, mayor democracia y mayor descentralización, en un contexto de desconfianza hacia las instituciones. La crisis de octubre 2019 emerge como punto de inflexión concentrando parte de estos cuestionamientos. Luego de ello, vino la pandemia, con confinamiento, desempleo, precarización laboral, ruptura de cadenas de cuidado, entre otros, en un contexto de débiles apoyos institucionales, fortaleciendo individualización, a la vez que manteniendo el cuestionamiento y desafección a procesos institucionalizados. Esto es parte de la tensión que caracteriza a este Chile contemporáneo.

Lo anterior es una expresión de un proceso más global que cuestiona los modos de convivencia social y de organización institucional del Estado y sus políticas. Lo que se ha reflejado en movilizaciones en Latinoamérica, así como en países desarrollados. En este contexto la Psicología paulatinamente ha ido alcanzando centralidad en el estudio de estos procesos.

NUEVA VISIÓN

A inicios del 2019, una de las revistas más prestigiosas del campo Perspectives on Psychological Science, publicó un número especial con un sugerente título ¿Cómo la ciencia psicológica puede contribuir a un mundo más saludable, feliz y sostenible? Ahí se muestra cómo la Psicología ha profundizado su relación con las otras ciencias sociales, tomando centralidad en el abordaje de problemas sociales, comprometiéndose cada vez más en generar respuestas pertinentes que orienten no sólo a personas, comunidades y organizaciones, sino que también al Estado y sus políticas públicas.

Esto también se ha expresado en Chile. Centros de excelencia, como el COES (Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social), el Centro de Investigación para la Educación Inclusiva, el CJE (Centro para la Justicia Educativa), el Instituto Milenio para la Investigación de la Depresión y Personalidad (MIDAP), el Instituto Milenio para la Investigación del Cuidado (MICARE), y el Núcleo Milenio Autoridad y Asimetrías de Poder, entre otros, tienen a la Psicología en un lugar central, en diálogo con las ciencias sociales. Se trata de una Psicología orientada a dar respuestas en torno a las transformaciones que vivimos como sociedad.

Bajo esta nueva visión, el Doctorado en Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, se ha constituido como un espacio de formación de investigadoras e investigadores de excelencia, orientado al desarrollo de una investigación que aborde los procesos psicológicos en su relación con las transformaciones sociales. Su vinculación al Centro de Investigación para la Educación Inclusiva, al Instituto Milenio para la Investigación del Cuidado (MICARE), y al Núcleo Milenio Autoridad y Asimetrías de Poder, fortalece el desarrollo de una investigación psicológica en diálogo con las ciencias sociales orientada a influir en política pública.

La productividad científica de sus profesores, así como los vínculos internacionales materializados en convenios de cotutela con programas doctorales a nivel mundial, y en la constante visita de investigadores extranjeros refuerzan este quehacer. Así mismo, la participación de sus profesores, estudiantes, graduadas y graduados, en debates parlamentarios, en columnas de opinión, así como vinculándose con órganos públicos, comunidades y otras organizaciones sociales, son una muestra de esta Psicología comprometida con procesos de transformación. Se trata de desarrollar, desde el rigor disciplinar una investigación con sentido que tenga algo que decir y hacer en este Chile en transformación. Ese es nuestro desafío.